lunes, 6 de abril de 2009

Una más de nuestras infinitas contradicciones

"Alentamos a nuestros niños a expresarse y a hacer cosas. De pronto, cuando llegan a los seis o siete años de edad, cambiamos de rumbo y les decimos que la clase de dibujo del colegio es tan extracurricular como jugar al futbol con los amigos y que no es, ni por asomo, tan importante como lengua o matemáticas, y que si quieren llegar a algo en la vida, tienen que dedicarse a leer, a escribir y a contar. Durante los veinte años y siguientes, sobrealimentamos el hemisferio izquierdo de su cerebro, dejando que el derecho se muera de hambre."

Nicholas Negroponte, Ser digital

Negroponte no es pedagogo y Ser digital no es un libro sobre educación. Pero este párrafo sintetiza con lucidez cuestiones que muchos vemos desde hace tiempo y que, con el paso del tiempo, son despreciadas por educadores aferrados a una tradición sospechosa. Para fines de mi investigación, estoy revisando una vez más el texto del fundador del MediaLab del MIT... y vuelvo a cuestionarme críticamente muchos de sus argumentos, pero no puedo dejar de reconocerle la contundencia de sentencias como esta, o la predicción certera de cuestiones que hace unos años sonaban a ciencia ficción.